jueves, 24 de marzo de 2011

Aprender mejor viendo, oyendo y sintiendo

Cada cabeza es un mundo.
Refrán popular.


Cuando el papá sale a trabajar el hijo le dice: ¡papá no tardes!
El papá regresa 4 horas después y el niño le señala: ¡papá... te tardaste!
El papá le contesta: ¡me tardé pero ya estoy aquí!
El niño agrega: ¡no!... ¡ya estás aquí pero te tardaste!.

¿Quién tiene la razón? ...

Es indudable que cada cabeza es un mundo. Esto no hay que olvidarlo.


Cuando tratamos de aprender algo o cuando interactuamos con otras personas, lo hacemos activando nuestros sentidos y ayudando a otros a activar los suyos. Interactuamos con el mundo que nos rodea viendo y oyendo cosas, tocándolas, oliéndolas o degustándolas.

Usamos nuestros sentidos para explorar al mundo hasta donde la percepción lo permite.

Luego filtramos el pequeño mundo percibido usando nuestra experiencia previa: cultura, lenguaje, creencias, valores, intereses y suposiciones.

Finalmente lo conectamos con otras percepciones internas de visiones, sonidos, contactos olores y sabores. Construimos nuestro propio mundo, nuestro modelo de mundo. Hacemos una selección de información, dejando de lado una parte de la información y resaltando otra aunque toda sea importante para comprender el mundo. Le damos significado al mundo, a lo que nos dicen o leemos, haciendo nuestro propio mapa. Hacemos representaciones internas. Es decir creamos imágenes, sonidos, sensaciones, olores y sabores respecto a lo que estamos viviendo.


En el mundo occidental los sentidos básicos o primarios empleados son la vista, el oído y la cinestesia o tacto. Los sentidos del gusto y olfato pueden considerarse secundarios e incluirse en el sentido del tacto; sirven como nexos inmediatos y poderosos de imágenes, sonidos y sensaciones.

La manera en que recogemos, almacenamos y codificamos en nuestra mente la información proporcionada por los sentidos constituye un sistema o estilo representativo. Los sistemas representativos no se excluyen mutuamente. Se puede visualizar una escena, tener las sensaciones asociadas a ella y escuchar los sonidos simultáneamente.

Toda conducta, todo comportamiento, toda acción (recordar, pensar, decir algo, etc.), es el resultado de una secuencia sistemática de representaciones internas. El aprendizaje también es resultado de dichas representaciones.

Cuando un niño o adulto está aprendiendo cosas nuevas, él o ella perciben o toman los datos usando uno de los tres estilos de aprendizaje individual:


1. Visual
2. Auditivo
3. Cinestésico

Si conoce su estilo preferente para aprender entonces tendrá un mejor aprendizaje cuando use este estilo al momento de estar estudiando. Igualmente, sus hijos o alumnos aprenderán mejor si se les enseña en la forma natural en que ellos aprenden. 

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